martes, 16 de octubre de 2007

LA PLAYA

Paseábamos de la mano. Hace años que esta, nuestra playa, nos acoge cuando el mundo parece ir demasiado deprisa y decidimos bajarnos. Ahora, como otras tantas veces esta playa, universo paralelo donde el calendario y el reloj no tienen cabida, se nos abre tan mansa y tranquila como mi memoria me deja recordar.

La arena entre mis dedos...que sensación. Tus dedos jugando con la arena de los míos, podría detener el tiempo para que siempre estuvieran así, aunque en realidad el tiempo esta parado. Cuando venimos aquí solo existimos tú, la arena, el mar y yo.

Cierro los ojos, respiro hondo y oigo el mar. Siento como aprietas mi mano, y eso es lo único que me une ahora mismo con lo terrenal, tu mano, el tacto de tu piel en la mía. Siempre pensé que eras lo único que me hacía sentir parte de esto, y ahora al tocar mi mano estoy segura de ello.

Si pienso en esta playa, pienso en ti. En todas las veces que has paseado de mi mano por ella. En los cientos de veces, como ahora, en los que os hacéis cómplices en el intento de reconciliarme con el mundo. En los besos que me da tu piel mezclados con su arena. En la caricias de tus ojos siempre bajo la mirada atenta del sol y la luna. En su brisa siempre dando melodía a tu voz... haciendo de ese sonido la banda sonora de mis días.

El olor del mar...cuanto echaba de menos este olor...es una de las únicas cosas que consiguen hacerme sentir viva, aunque tú podrías enumerar alguna más. Tú y el mar, tan parecidos para mi, tan imprescindibles, tan dependiente de ambos que a veces me da miedo...el mar siempre estará aquí, dispuesto a darme cobijo cuando necesite saltar del tren, pero ¿y tú? ¿estarás siempre tú para jugar con la arena de mis pies? ¿con los rizos de mi pelo? ¿para besar cada lunar de mi cuerpo, la constelación de pecas mi pecho? A veces me sorprende como te comparo con cada cosa que compone mi vida, con las cosas que necesito para sentir que estar aquí vale la pena...

Tumbada en la arena... tu cabeza en mi vientre... mis manos entre tu pelo desafiando al viento que se apodera de su movimiento. Hay momentos, como dijo alguien, que deberían poder ser guardados en una cajita, retenerlos para siempre. Ahora, así, tal y como estás te guardaría en mi cofre de los recuerdos... y lo abriría cuando no estés, cuando sienta el vértigo de no tocar tu piel... cuando me levante una mañana y ya te hayas ido... cuando no quede nada de tu olor en mi almohada... cuando mis pecas se queden sin dueño... cuando el sol pase de largo por mi ventana... cuando sienta las ganas de saltar y la playa y tú no estéis... Lo abriría tantas veces que me daría miedo de gastar este momento... de agotar la felicidad de mirarte así...

PILU... PILUCHI...

5 comentarios:

CARMEN dijo...

Precioso nena.Mientras lo leia me he visto reflejada en todo lo que escribes.El mar y el amor,el amor y el mar,ambas cosas tan unidas tambien para mi.Me has hecho recordar y sentir.
Gracias Pilu.
Besitos

Azul dijo...

El mar siempre como testigo, como causa y parte...

El mar, siempre...

Besos

Anónimo dijo...

Es cierto. Asi la playa parece muchisimo más acogedora.

Un abrazo.

Pablo

Glòria Domínguez Barceló dijo...

serrat ilustra este texto

http://www.youtube.com/watch?v=ePKjA7XNMKo

besos

Paseando por tu nube dijo...

Yo te regalo la caja!! te prometo que será única y especial.
En ella podrás guardar tus bellos recuerdos.
Un beso cielo