miércoles, 4 de noviembre de 2009

Las cosas que no pude responder...

Esta mañana hablando con una amiga me ha comentado, entre otras cosas porque la conversación ha sido de esas que hacen ricas a las compañías telefónicas, que en el último concierto que estuvo de Marwan lo escuchó cantar una canción nueva que lo hacía subir aún más alto de lo que ya ha llegado el muchacho, y es que este chico tiene la capacidad de movernos por dentro esas cosillas que creíamos muertas, pero que al final nos demuestra que sólo estaban dormidas.

Bucando un poco por internet (lo que no se encuentre hoy en día por aquí es porque no existe) he encontrado la letra de esa canción, o al menos creo que es la que ella me comentaba porque al menos yo no la he escuchado nunca.

Con el permiso de ella y de Marwan os voy a dejar por aquí la letra de la canción, es impresionante de verdad, de lo mejor que ha escrito en mucho tiempo y quizás de lo mejor que he leído yo también en mucho tiempo.

COSAS QUE NO PUDE RESPONDER

¿Por qué aún sientes dentro de tu pecho solo sus latidos de mi cuerpo? ¿Por qué no dejo de sentir que todavía formas parte de mi piel? ¿Por qué decides que te quieres volver loca cuando yo me he vuelto cuerdo? ¿Por qué ayer se acabo y porque mañana lo podemos resolver? ¿Porque las cosas que arreglamos acostados la rompemos con palabras, porque siempre que digo adiós el corazón me dice inténtalo otra vez?

¿Por qué parece que solo nos entendemos con las luces apagadas? Mi piel no sabe calcular bien la distancia que debemos mantener.

El corazón es un alumno limitado, que nunca aprende
El corazón, siempre la misma asignatura para septiembre (x2)

¿Por qué esta claro el amor, siempre resiste mucho más de lo que dura? ¿Por qué hay cuestiones en mi piel que solo puede respondérmelas tu piel? ¿Por qué la ruta que escogimos no perdona y siempre hay una nueva curva?

¿Por qué hacemos cosas que juramos que no llegaríamos a hacer? ¿Por qué si sientes lo de antes tus ojos me dicen ya no me haces falta? ¿Por qué si siento lo de siempre no me atrevo a decirte quédate? ¿Por qué será que la felicidad ya nunca nos devuelve la llamada? Creo que llamaré a esta canción las cosas que no pude responder.

El corazón es un alumno limitado, que nunca aprende
El corazón, siempre la misma asignatura para septiembre (x2)

El corazón, el corazón, el corazón, el corazón…

MARWAN


PILU... PILUCHI...

martes, 1 de septiembre de 2009

Palmira y Carlos... Mi regalo de bodas...

A veces sólo es necesario perderte para encontrarte… o para que te encuentren… y quizás así estaban ellos el día que se encontraron… perdidos…




Y empezaron a encontrarse, o buscarse, cada día un poco más… Se buscaban cada mañana en la cocina entre las tazas del café, y se encontraban en los pasillos de su casa, una casa que los conoció como desconocidos y que fue testigo de como se encontraron sus miradas, sus besos, sus miedos, sus anhelos y sus desvelos… Se encontraban frente al televisor y se buscaban bajo las mantas del sofá…

Todo fue pasando poco a poco… a fuego lento y despacito… fueron curándose las heridas con algodones de ilusión y tejiendo con agujas de esperanzas las alas rotas por caídas pasadas… Y como diría un poeta amigo “a veces la vida tira abajo tu puerta”… y quizás eso les pasó a ellos, la vida les tiró abajo las barreras llenas de fantasmas y se encontraron el uno frente al otro…
Desde aquel encuentro ha habido momentos difíciles, nunca nadie dijo que el amor fuera fácil… pero ambos supieron ver en el otro algo más allá de la pasión de los primeros momentos. Valoraron la complicidad, el amor, el respeto, el saber escuchar, los silencios cómodos… tantas cosas…


Es realmente complicado encontrar la pieza del puzle que complementa todo aquello que te hace crecer, no aquella que te resta, sino la que te suma cada día. Aquella persona que más allá de ser un amor idealizado e irreal de aquellos de cuentos de princesas, dragones y castillos, es quien te ama sí, pero también quien te soporta en los días malos, quien te limpia las lágrimas cuando el día es demasiado gris para ver el sol, y quizás no consiga que salga, pero intentará entonces encender las luces…

Es realmente complicado encontrar esa persona, pero de nuevo como diría el citado amigo “sucede que sin saber como ni cuando, algo te eriza la piel y te rescata del naufragio”… Y después de muchos barcos hundidos y muchos naufragios, hoy estamos aquí con vosotros… acompañándoos para zarpar en un barco que ambos habéis elegido y del que todos nos sentimos de alguna manera parte de la tripulación.

Sólo puedo desearos que sigáis siendo igual de felices que hasta ahora, os deseo que no olvidéis nunca que no sois el dueño del otro, sois la parte que os complementa para ser uno y a la misma vez dejar que el otro siga siendo él mismo, pero sobre todo jamás olvidéis la razón que os hizo llegar hoy hasta aquí…

Palmira, Carlos… os quiero muchísimo…


PILU... PILUCHI...

jueves, 28 de mayo de 2009

SE ENCONTRARON...

Se encontraron por casualidad… o quizás se buscaban desde siempre, pero aún no lo sabían… se encontraron una tarde cualquiera, en un bar cualquiera, delante de un café cualquiera o quizás delante de una coca cola, lo que tomaron es lo que menos importa…

Se miraron a los ojos… se sonrieron… se hablaron y se contaron quizás más cosas de las que hubieran pensando confesarse esa tarde…

Él encontraba en su mirada aquella confianza y tranquilidad que ansiaba desde hacía mucho… encontró mucho más de lo que esperaba encontrar en una desconocida… encontró la ternura, la dulzura y se reencontró con las ganas de besar, pero aguantó las ganas de hacerlo… la encontró…

Ella perdió muchos de sus miedos en cada frase que él decía… quizás porque no le vendía el humo que tantas veces le habían ofrecido otros desconocidos cualquiera… encontró una mirada limpia que escondía detrás de muchas palabras más nervios de los que hubiera querido mostrarle… se reencontró con las ganas de besar, pero aguantó las ganas de hacerlo… le encontró…

Y hablaron… y hablaron… y pasaron las horas y seguían hablándose… y se miraban… se miraban… y pasaban las horas y seguían mirándose… y reían… y reían… y pasaban las horas y seguían riéndose…

Quien sabe lo que encontraron en ese café o esa coca cola… sólo ellos saben lo que descubrieron aquella tarde… y puede que ni ellos lo sepan, puede que algún día sean capaces de ver lo que aquella tarde se creo entre ambos… quizás haya un momento en el que aquello que nació siga creciendo o quizás quedé muerto para siempre… sólo el tiempo dirá cuanto de real y cuando de fantasía o magia había en aquel café o aquella coca cola…

Hoy no se que será de él… pero a ella la veo a menudo, y lo cierto es que quizás le recuerde más de lo que debería… y lo cierto es que preferiría no pensarlo la mitad de las veces que lo hace… pero lo hace…

Y me cuenta a menudo que tiene la certeza de que encontró en aquella mirada y aquella tarde mucho de lo que buscaba… me cuenta que tiene la certeza de que ella también tiene lo que él ansiaba… pero que la única certeza que le falta es la de saber si alguna vez tendrá la oportunidad de demostrarle que quizás sea ella… y que quizás sea él aquel para el que escribió aquella carta alguna vez… que quizás ella sea esa loca que prepara y guarda desde toda la vida cada uno de los besos, miradas, caricias y abrazos que le dará cuando él aparezca… y que quizás él sea aquel que después de leer la carta deba decidir si se queda con la loca o cierra la puerta y con ella todo lo que estaba esperando para los dos…

No se que será de esta historia… la verdad no se si algún día podré contaros algo más de ellos… hay historias que tienen un final feliz y hay historias que no… pero también hay historias que no tienen un final, quizás porque no comenzaron a escribirse y tan sólo se quedaron en un título que prometía una gran historia… puede que algún día os cuente el final o puede que os dejé sólo con este principio… el tiempo nos dará las respuestas…


PILU… PILUCHI…

sábado, 21 de febrero de 2009

CARTA PARA CUANDO DECIDAS LLEGAR...

Hoy he vuelto a pensar en ti, no tengo claro aún si prefieres café y tostadas para desayunar o si prefieres zumo de naranja natural con croissant, así que tendré que comprar un poco de todo por si acaso, no me gustaría que después de pasar la primera noche en nuestra cama no puedas desayunar a tu gusto. ¿Sabes una cosa? Creo que estás tardando demasiado, suerte que tienes que mi paciencia es tan grande como las ganas de que llegues.

Tengo también preparados los besos dulces del desayuno, los apasionados de la noche y los besos con sabor a disculpas para cuando te enfades conmigo. Las caricias con extra de compresión y tranquilidad para cuando el día en el trabajo te haya ido mal están perfectamente guardas y dobladas en el armario del dormitorio, así como los silencios que necesitarás justo antes de esas caricias, se que prefieres un poco de espacio después de un mal día.

Y ayer paseando por el parque que hay frente a casa me crucé con una pareja que estaba sentada en un banco y no lo pude evitar, ya se que tengo muchas miradas preparadas en el cajón de la mesita de noche para cuando llegues, pero tuve que robarles la mirada que él le dedicaba a la chica mientras ella le contaba alguna historia (no llegue a escuchar de que hablaban), pero me pareció tan perfecta que era egoísta que sólo se la quedaran ellos, así que ahora está guardada junto con el resto de miradas en el cajón, es una mirada preciosa, ya podrás verla por ti mismo cuando estés aquí.

En la puerta izquierda del mueble del baño, junto con las toallas, están preparadas todas las duchas que compartiremos y las conversaciones que tendremos mientras te afeitas. En la derecha he preferido poner mis llantos y mi melancolía para los días del mes en los que las hormonas se revolucionan y me pongo tan tonta, justo al lado he dejado un poco de paciencia para que puedas aguantarme esos días, reconozco que a veces me pongo un poco insoportable.
Tu respiración en mi nuca cada noche que dormirás a mi lado está debajo de tu almohada y los abrazos que te robaré en las noches frías de invierno están entre las sábanas bien escondidos para que no se caigan cuando las lave. Debajo de la cama he colocado el bello de mi piel erizado cuando me abraces y pensé en guardar allí también todas las risas que compartiremos, pero al final he decidido que esas me las llevo puestas, me hace feliz llevarlas conmigo.


Las locuras que haremos, las noches de fiestas con los amigos, las películas que veremos y los conciertos a los que iremos están todos en la estantería del salón, la de los libros, pero he dejado un hueco bastante grande para que puedas poner tú todo lo que quieras que compartamos. Mi enfados al ver el telediario y al hablar de política créeme que he intentado no guardarlos en ninguna parte y tirarlos todos, pero me ha sido imposible, esta tonta idea de pensar que aún podemos cambiar el mundo me persigue desde siempre, así que no me ha quedado más remedido que hacerle un hueco en los cajones del mueble de la televisión.

Nuestras épocas de crisis las he guardado en el altillo del pasillo, las puse muy al fondo para ver si con un poco de suerte tardan mucho en encontrar la salida. Lo que no puse junto con eso es la manera en la que superaremos esas crisis, porque creo que eso tendremos que improvisarlo, y en todo caso espero que traigas tú algo preparado para eso cuando llegues, no tengo intención de que una crisis cualquiera rompa todo lo que tanto me costó preparar.

Lo único que llevo un poco mal, principalmente porque ya no se donde guardarlas, son las ganas de hacerte el amor y dedicarte cada uno de los suspiros que me provoca pensar en ti. Como alternativa para que no se acumulen he probado a gastarlas con algún encuentro casual (nunca en nuestra casa) con hombres que conozco de vez en cuando, pero no resulta eficaz. Con ellos las ganas de hacerte el amor se convierten sólo en sexo y los suspiros en gemidos fugaces de un placer, que aunque reconozco que me satisface en algo, es tan efímero como el rato que paso con ellos. Por otra parte me alegra saber que no funciona esta opción, sería frustrante pensar que cualquiera es valioso para poseer todo aquello que guardo con tanto celo sólo para ti.

He ido preparando con mucho mimo y cuidado cada uno de los momentos y cosas que compartiremos. Junto con todo eso también he preparado esta carta de bienvenida para ti, de bienvenida a la vida que siempre te ha estado esperando y al amor que tanto has ansiado. Con ella quiero que entiendas que siempre ha habido un lugar del mundo que estaba hecho sólo para ti y una persona que nació para estar a tu lado.

Y quizás cuando la leas puedas pensar que tienes a la mayor loca que has conocido en tu vida delante de ti, pero para cuando llegues a esta parte sólo quiero que pienses que esta loca lleva toda la vida esperándote y que no creo que nadie pueda quererte tantísimo como yo, entre otras cosas porque ya te amaba sin saber quien eras, sin haberte visto pero con la certeza de que existías. Y sobre todo soy una loca que siempre guardó, junto con el resto de las cosas que fui acumulando para ti, la esperanza de que al cruzar alguna esquina o al entrar en algún bar te encontraría o me encontrarías, porque no podía ser de otra manera.

Si quieres, puedes abrir la puerta y marcharte ahora mismo, pero cuando cierres la puerta por favor no te olvides de recoger de la cómoda de la entrada lo primero que guardé para ti, la certeza de que al salir por esa puerta abras dejado detrás la oportunidad de vivir el amor que la mayoría sueña todo la vida y que sólo unos pocos tienen la suerte de poder tener. Tú decides.

PILU... PILUCHI...