martes, 12 de agosto de 2008

PREGUNTAS Y (SIN) RESPUESTAS...

¿Y seremos siempre felices? Le preguntaba ella mientras lo miraba con aquellos ojos que lo enamoraron… mientras lo miraba como si el mundo no existiera, como si pudiera acabarse en aquel momento y no le importara…

¿Y crees que tanto amor puede durar eternamente? Y él sonreía mientras miraba el brillo de sus ojos… Le acariciaba las mejillas suavemente y sentía como a ella se le erizaba la piel con el roce de su mano…

¿Me mirarás siempre como lo haces ahora? Y él la besaba tiernamente, sorbiendo cada gota de ternura que ella desprendía de sus labios… perdiendo las manos a lo largo de su espalda desnuda…

¿Querrás despertar siempre a mi lado? Seguía preguntando ella mientras él recorría sus piernas con las yemas de los dedos, sintiendo en cada caricia hasta el último poro de su piel…

¿Seguirás buscando estrellas en las constelaciones que forman mis pecas? Y en cada dibujo que marcaba su boca en la piel de ella encontraba la respuesta a sus preguntas.

¿Y serán mis rizos los que sigan guardando cada uno de tus suspiros cada noche al dormir a mi espalda?

Y él, que siempre fue hombre de pocas palabras, sólo supo decirle… No conozco mayor eternidad que cada segundo que paso contigo, y dejaré de creer que existe si algún día al mirar en el fondo de tus ojos no encuentro las respuestas para este amor que no entiende de palabras…



PILU... PILUCHI...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu comentario.

Cuando la (cruel) melancolía llama a tu puerta, se agradece que un amigo te suelte las verdades, que en este caso, sí quieres escuchar. Porque en realidad estoy bien, mucho mejor de lo que estaba tiempo atrás, pero en el camino hay vaivenes, avances y retrocesos que no puedes evitar... pero que son sólo obstáculos sin mayor importancia.

En relación con tu relato con el que, una vez más, me siento identificado, quería decirte que yo también me hago esas preguntas.

Y resulta que tengo esas preguntas en mi cabeza y la miro a ella (a Lucía), y sin pronunciar palabra me responde. Y es entonces cuando le digo a ese antiguo vecino que tenía en calle Melancolía que se marche, que ya no tomaré más vasos de whisky con él, que hace tiempo que salí de aquel barrio al que no estoy dispuesto a volver...

Y para acabar quiero que sepas que estoy contento, porque, a día de hoy, unos bonitos ojos marrones me responden...Y porque sé que si un día se me acaban las respuestas (o me cambian las preguntas), habrá quien me ayude a no equivocarme de camino, a no acabar otra vez en esa calle oscura de mi pasado...

Un saludo y gracias de nuevo.

Anónimo dijo...

Me alegro de tener esta ventana, en la que apoyarme en los momentos malos, y con la que hacer partícipe de mi suerte, cuando llegan otros vientos, vientos mejores, a aquellos que me tendieron la mano...

Y yo también tiendo la mano, para cuando haya que levantarse de nuevo, para cuando haya que celebrar lo afortunados que somos, para cuando haga falta...

Me alegro, también, de haberte conocido a ti y tu rincón, y prometo seguir asomándome a tu "ventana", para contarnos cómo nos van las cosas, para seguir escuchando verdades de la mano de cualquiera de tus relatos...

Un saludo y gracias por tus palabras ;)

Vértigo dijo...

Me ha gustado. Hacía tiempo que no pasaba por aquí y me ha alegrado ver que habías actualizado. Besos.

María de Jesús dijo...

Fascinante poesía. No hay distancias cuando se trata de unir sentimientos encontrados, las palabras vuelan como nube en el viento...

CARMEN dijo...

Muy bonito nena, como todo lo que escribes.
Te llamo prontito y hablamos.
Ya sabes que me alegra verte feliz.
Pepe y yo estamos recien llegados de Turquía, cansados pero contentos.
Un besote fuerte de los dos.

Anónimo dijo...

¡Vaya maravilla, niña!
Me dejaste alucinado, pues esto es realmente el amor.
Si se responde con un bello sí a cada una de las preguntas, todo lo demás sobra.
Yo soy el protagonista de esta historia. Je, je, je. Yo siempre contestaría afirmativamente a la dueña de mi corazón y para mí jamás se pondría el sol en sus ojos.
¿Me dará alguien alguna vez esa oportunidad?, ¿la de cazar mariposas en su pelo?, ¿la de nadar en su mirada?, ¿la de morir en su abrazo?, ¿la de quemarme en el fuego de sus labios?
La esperanza es lo último que se pierde, por lo que seguiré en la lucha.
Por cierto, odio que no me cojas el teléfono. Ja, ja, ja. A ver si pronto tengo suerte, pues echo de menos hablar contigo.
Un beso muy fuerte y espero que vaya todo bien al otro lado. Te deseo lo mejor, ya lo sabes y velo tus sueños para que se cumplan.
Cuídate y hasta pronto.
Huelva se ha convertido en un desierto sin ti. Al final tendré que irme yo también.
¡Ciao!

My dijo...

todas esas preguntas..
todas esas miradas..
y en sus ojos.. las respuestas.

me ha hecho muy feliz llegar hasta aqui.

eres mas bonica..

guapa.. cuento contigo.. y tu?
cuenta conmigo.

mua.

Anónimo dijo...

Me acordé de tu historia esta tarde y corrí raudo a leerla de nuevo. Nada mejor que palabras sensibles y talentosas para sentirse mejor. Je, je, je.
Me alegro mucho de que te vaya todo tan bien. Sin duda te lo mereces.
Bueno, a ver si nos vemos pronto. Ya falta menos por lo que me dijiste, así que espero tu llamada.
Un beso enorme.